Cuando estamos a punto de pasar a la nueva normalidad y abrir fronteras, creo es el momento idóneo para hacer balance de lo que nos ha traído el Covid-19 a nuestras vidas, desde el punto de vista de la Prevención de Riesgos Laborales y teniendo en cuenta la normativa legal aplicable que ha ido surgiendo.
He leído artículos técnicos, asistido a webinars y cursos, mirado los medios de comunicación, observado durante la compra en el supermercado o farmacia, hablado con compañer@s de profesión y visto desde mi balcón. Bajo el prisma de la Seguridad y Salud, he retenido y anotado toda esta información para ahora escribir estas líneas.
Empecemos entonces. ¿Qué han hecho bien las empresas y/o servicios esenciales tales como: supermercados, farmacias, industria, logística, limpieza y una no muy extensa lista, en el periodo de confinamiento?
- Hacerse cargo de la situación y tener claro la continuidad del trabajo de forma presencial.
- Escuchar y dejarse asesorar por sus Técnic@s de Prevención.
- Contactar con su Servicio de Prevención Propio o Ajeno para la Identificación y Evaluación del nuevo riesgo biológico y para la Planificación de las medidas de prevención necesarias.
- Reducir al mínimo indispensable las personas que se exponen al riesgo o pueden transmitir el virus modificando horarios, creando turnos de trabajo y/o facilitando el teletrabajo de parte de su estructura organizativa.
- Implantar acciones inmediatas, como por ejemplo:
👌 Delimitar zonas para garantizar la seguridad entre trabajador@s, clientes y proveedores instalando mamparas.
👌 Usar Equipos de Protección Individual (EPI’s): mascarilla, pantallas/gafas, guantes y trajes de protección.
👌 Instalar estaciones de desinfección.
👌 Incrementar la periodicidad de la limpieza y desinfección de las instalaciones y equipos/vehículos: cada cliente, cada 2 horas, en función de la empresa u organización.
👌 Señalizar pasillos y sentidos de marcha.
👌 Comprar nuevos productos químicos.
👌 Realizar las reuniones de forma virtual.
👌 Concienciar, mediante la formación e información, a sus trabajador@s sobre el nuevo riesgo (y los que de éste derivan) así como las medidas preventivas a aplicar.
👌 Informar a los clientes/proveedores de las medidas a seguir.
6. Invertir recursos, tanto humanos como económicos.
7. Dar un mayor valor a la cultura preventiva.
No perdamos pero de vista que todas estas medidas se han podido llevar a cabo gracias a que:
✅ sus prevencionistas se han formado, leído, asistido a webinars y participado en foros de debate,
✅ tienen un Sistema de Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales implantado en mayor o menor medida y
✅ han creado un plan de contingencias para generar una respuesta rápida a la nueva situación cambiante.
Pasemos ahora a aquellas medidas que se podrían mejorar de hoy en adelante, ¿cuáles son?
- Concienciar al cliente o proveedor sobre las normas básicas, adaptando la vía de transmisión de la información: folleto con dibujos explicativos, descarga con código QR, pantallas en la instalación con videos muy cortos o mensajes por megafonía.
- Alertar siempre a aquella persona que no sigue las normas establecidas amablemente.
- Evaluar los riesgos de subcontratar a personal nuevo de reparto. Facilitar la formación/información correspondiente y verificar su ejecución.
- Realizar seguimiento del cumplimiento de las medidas preventivas y readaptarlas: cuándo se agota una mascarilla, cómo limpiar los guantes, qué conlleva usar un producto químico o qué tareas extra incluye mi jornada.
- Analizar el teletrabajo como opción continuada evaluando los riesgos y necesidades y actuando en consecuencia: adaptación del lugar de trabajo, adaptación de las tareas a la nueva realidad, digitalización de las tareas y flexibilidad horaria, entre otros.
- Estudiar los riesgos psicosociales que nos lleva esta nueva situación y en concreto las nuevas demandas emocionales en todos los estamentos de la organización: aceptación de la nueva realidad, exceso de confianza y relajación y volatilidad del concepto de nueva normalidad.
Anota todo lo que hayas observado, escuchado, sentido y aplicado en tu día a día tanto personal como profesionalmente y te invito a que lo ¡compartas!.
Compartir es la pieza clave para la mejora continua que nos lleva a evolucionar y caminar hacia la excelencia.
No quiero acabar sin dar las gracias por el esfuerzo y adaptación de tod@s y aplaudir a todos los amantes de la prevención que han trabajado y seguirán trabajando con tesón para adaptarse a los nuevos retos.